lunes, 11 de febrero de 2008
sábado, 9 de febrero de 2008
“No entro en los pantalones”
La intensión o significado de la frase no me fue clara hasta que la escuche por segunda ocasión, “No entro en los pantalones” dijo una jovencita veinteañera de la clase de Derecho Constitucional, enseguida preciso “no entiendo nada, voy como tres clases atrasada”.
Ella, cuyo nombre desconozco se sienta en las bancas justo atrás de mí y efectivamente toda la clase se la pasa cuchicheando con sus compañeras, pero no de chismes adolescentes realmente esta preguntando sobre cuestiones de la clase. Incluso he volteado y esta desesperada leyendo lo que los de al lado han anotado en sus libretas. Esta sufriendo por entender.
Tal como sufre cuando “no entra en los pantalones”.
Al regreso a clases y ahora en una de las universidades mas caras del país, La Iberoamericana, que tiene la fama de albergar en sus aulas a los jóvenes Jrs mas “fresas”, me he encontrado con que la frase “cómprate un bosque y piérdete” con la que todos ridiculizábamos el extremo de “freses” es verdaderamente anacrónica.
En el lenguaje ibero “no entro en los pantalones” es igual a: esta muy difícil, estoy sufriendo, esta cabrón etc, etc: “Estaba (el ex novio) con esa chava, no mames no entro en los pantalones”.
Muy anoréxico, me dijo un amigo al que le conté. Pues sí, por que supongo que no habrá nada mas grave. Que una situación les cause la misma angustia que no ser talla 5 o 3, significa que tal situación es de verdad muy grave.
No sé quizá cuando yo estaba en la secundaría podía haber sido: se me enchina el pelo, por aquello de que los copetes se usaban lacios (cosa que por lo demás yo siempre sufrí).
Dos conclusiones simplistas:
1.- Cuando uno es adolescente se preocupa por cosas realmente superficiales.
2.- La exigencia de ser delgada y cumplir con los cánones de esbeltez son de verdad crueles.
Ella, cuyo nombre desconozco se sienta en las bancas justo atrás de mí y efectivamente toda la clase se la pasa cuchicheando con sus compañeras, pero no de chismes adolescentes realmente esta preguntando sobre cuestiones de la clase. Incluso he volteado y esta desesperada leyendo lo que los de al lado han anotado en sus libretas. Esta sufriendo por entender.
Tal como sufre cuando “no entra en los pantalones”.
Al regreso a clases y ahora en una de las universidades mas caras del país, La Iberoamericana, que tiene la fama de albergar en sus aulas a los jóvenes Jrs mas “fresas”, me he encontrado con que la frase “cómprate un bosque y piérdete” con la que todos ridiculizábamos el extremo de “freses” es verdaderamente anacrónica.
En el lenguaje ibero “no entro en los pantalones” es igual a: esta muy difícil, estoy sufriendo, esta cabrón etc, etc: “Estaba (el ex novio) con esa chava, no mames no entro en los pantalones”.
Muy anoréxico, me dijo un amigo al que le conté. Pues sí, por que supongo que no habrá nada mas grave. Que una situación les cause la misma angustia que no ser talla 5 o 3, significa que tal situación es de verdad muy grave.
No sé quizá cuando yo estaba en la secundaría podía haber sido: se me enchina el pelo, por aquello de que los copetes se usaban lacios (cosa que por lo demás yo siempre sufrí).
Dos conclusiones simplistas:
1.- Cuando uno es adolescente se preocupa por cosas realmente superficiales.
2.- La exigencia de ser delgada y cumplir con los cánones de esbeltez son de verdad crueles.
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